La reflexología podal se basa en la teoría de que las áreas de los pies corresponden a todos los sistemas corporales. Hay autores que sitúan su origen en el antiguo Egipto, aunque también hay evidencias de su uso en la antigua China.
En primer lugar, tenemos que entender algunas relaciones entre los pies y el resto del cuerpo. Cada pie tiene 7.200 terminaciones nerviosas y estas terminaciones proporcionan acceso directo a los sistemas circulatorio y nervioso del cuerpo. Otro factor importante es que los pies son las extremidades más alejadas del corazón por lo que el masaje ayuda a mejorar la circulación.
La reflexología utiliza técnicas de presión específicos que inducen un profundo estado de relajación, mejorando la circulación linfática y vascular, ayudando a equilibrar el sistema hormonal y mejorando los posibles problemas del sistema nervioso.
Como tratamiento, los principios de la reflexología podal enseñan que la aplicación de presión a ciertos puntos y zonas del pie, provocará reflejos o reacciones en otras áreas del cuerpo.
Beneficios de la Reflexología Podal
La reflexología persigue el reequilibrio del cuerpo intentando conseguir su estado ideal, su equilibrio, desbloqueando el sistema inmunitario que puede estar «bloqueado» por el estrés o la tensión, que provocan en ocasiones problemas de salud como al hipertensión, etc.
Estos masajes en las zonas reflejas facilitarán que nuestro cuerpo se libere o mejore en patologías o desequilibrios como la depresión, el insomnio, la ansiedad, etc.